Honduras Solidarity Network Statement on the “Alliance for Prosperity”

el español sigue el ingles
Honduras Solidarity Network

 February 12, 2015

On January 29th, the Vice President of the United States, Joe Biden published an Op-Ed piece in the New York Times referencing the “migration crisis” and supporting a new plan for Central American development. This plan is known as the Alliance for Prosperity and the Obama administration is asking the US Congress for 1 [one] billion dollars to fund it.   According to the White House fact sheet on the proposal (November 2014) the purpose of the plan is  “1) Promoting prosperity and regional economic integration; 2) Enhancing security; and 3) Promoting improved governance”.  Biden also made clear the relationship of this proposal to what he termed the successes of Plan Colombia.

Biden’s references to Plan Colombia make it very clear that this new “alliance” is the same old story in which the U.S. government and various elites in Central America improve the efficiency and prosperity of their exploitation of the region’s resources while militarization, with all of its human costs,  is used to control the people, land and natural resources.

On the economic front, the emphasis is on economic integration and the continuation of the free trade agreements. In the case of Honduras, free trade agreement policies in conjunction with unprecedented levels of privatization, reduction of government services, hundreds of mining and other extraction concessions (more than 35% of the national territory), and the “charter city” or ZEDES (Special Economic Development Zones) are aimed at regional economic integration and prosperity for the multinational companies and regional oligarchs, not ordinary citizens.

The interest in improved governance would be easier to take seriously without the cynical praise for Juan Orlando Hernandez in Honduras. Hernandez is widely seen in his country as an updated version of the military dictatorships of the last century, installed through fraud in the continuation of the military coup of 2009, and responsible for the ongoing violence and impunity. While his program of privatization and the slashing of public services and elimination of thousands of jobs in the public sector meets with the approval of the International Monetary Fund (IMF) and the US, it is deepening poverty and displacement in Honduras.

The most chilling aspect of the new plan is the parallel with Plan Colombia. Joe Biden concluded his New York Times Op-Ed with extravagant praise for the successes of Plan Columbia, a US funded program that was supposed to bring an end to narco and political violence and bring peace and prosperity to the Colombian people. Instead Plan Colombia militarized the country even more and deepened the violence for many years.  Social justice movements, trade unions, and virtually all political opposition was criminalized and accused of being “guerrilla” or narco, while a narco-government and armed paramilitaries ran wild.

According to Colombia’s National Center for Historical Memory there are at least 220,000 casualties from this violence with at least another 92,000 people disappeared (Red Cross statistics). Another 5 million people were displaced, especially from the countryside, and the violence and displacement were concentrated in areas where there are natural resources targeted for private development. Despite the existence of armed insurgent groups, between 70%-80% of the violence was perpetrated by Colombian Armed Forces or the paramilitaries and four of every five deaths were civilians.

No wonder that Honduran social analysts and human rights defenders have spoken out against the proposal; Rodolfo Cortes in Radio Progreso, for example, stated that, “Therefore we are sure that once the Plan Alliance for Prosperity is put into place, the criminalization of the social and popular struggle, low-intensity war and violations of human rights will multiply in our countries”.

Therefore, the Honduras Solidarity Network, a network of more than 30 organizations in the US and Canada dedicated to solidarity with the Honduran people, rejects the Biden Plan for Honduras and continues to call for an end to US military and police aid and training, an end to the Central America Free Trade Agreement (CAFTA), and support for human rights and democracy defenders.

Honduras Solidarity Network USA/Canada

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Declaración de la Red de Solidaridad con Honduras sobre la “Alianza para la Prosperidad”

Honduras Solidarity Network

12 de febrero, 2015

El 29 de enero, el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden,  publicó una opinión en el periódico New York Times que hace referencia a la “crisis migratoria” y apoya un nuevo plan para el desarrollo centroamericano. Este plan se conoce como la Alianza para la Prosperidad y la administración de Obama está pidiendo mil millón de dólares del congreso estadounidense para financiarlo.   De acuerdo con los datos diseminados por la Casa Blanca sobre la propuesta (en noviembre del 2014) el propósito del plan es “1) Promover la prosperidad y la integración económica regional; 2) Mejorar la seguridad; y 3) Promover mejores formas de gobernar.”  Biden también esclareció la relación entre esta propuesta y los supuestos éxitos del Plan Colombia.

La referencia que hizo Biden al Plan Colombia ilumina claramente que esta nueva “alianza” es el mismo cuento de siempre en que el gobierno estadounidense y los varios élites de Centroamérica mejoran la eficiencia y la prosperidad de su explotación de los recursos de la región mientras la militarización, con todos sus consecuencias humanas, se usa para controlar el pueblo, la tierra y los recursos naturales.

En lo económico, se enfatiza la integración económica y la continuación de los tratados de libre comercio. En el caso de Honduras, las políticas de libre comercio junto con niveles sin precedente de privatización, reducción de servicios públicos, cientos de concesiones de minería y otros recursos (más de 35% del territorio nacional), y las “ciudades modelos” o ZEDES (Zonas Económicas de Desarrollo Especial) tienen el fin de fomentar integración económica regional y prosperidad para las empresas multinacionales y los oligarcas regionales, no para el pueblo común.

Sería más fácil tomar en serio el supuesto interés en mejores formas de gobernar si no fuera por la alabanza cínica para Juan Orlando Hernández en Honduras. Grandes secciones de la población hondureña consideran a Hernández como una versión actualizada de las dictaduras militares del último siglo, instalado por fraude durante la continuación del golpe militar del 2009, y responsable por la violencia e impunidad continua. Aunque su programa de privatización, recortes a servicios públicos y la eliminación de miles de trabajos en el sector público agrada mucho al Fondo Monetario  Internacional (FMI) y al gobierno de los Estados Unidos, profundiza la pobreza y el desplazamiento en Honduras.

El elemento más preocupante del nuevo plan es su paralelo con el Plan Colombia. Joe Biden concluye su opinión en el New York Times con alabanza excesiva al éxito del Plan Columbia, un programa financiado por los EE.UU que supuestamente iba a acabar con la narcoviolencia y la violencia política y traer paz y prosperidad al pueblo colombiano. En vez de eso, el Plan Colombia militarizó el país aún más y profundizó la violencia durante muchos años.  Los movimientos populares, sindicatos y casi toda la oposición política fueron criminalizados y acusados de ser “guerrillas” o narcos, mientras el narcogobierno y los paramilitares armados hacían lo que les daba la gana sin consecuencia.

De acuerdo al Centro Nacional por la Memoria Histórica Colombiana hay por lo menos 220.000 muertas y muertos de esta violencia con por lo menos otros 92.000 desaparecidas y desaparecidos (estadísticas de la Cruz Roja). Otros 5 millones de personas fueron desplazadas y desplazados, especialmente del campo, y la violencia y el desplazamiento fueron concentrados en áreas donde hay recursos naturales que son blancos para el desarrollo privado. A pesar de la existencia de grupos armados insurgentes, entre 70% – 80% de la violencia fue cometida por las Fuerzas Armadas de Colombia o los paramilitares y cuatro de cada cinco muertas o muertos fueron ciudadanos comunes.

Por eso no es ninguna sopresa y los y las analistas sociales y defensores de derechos humanos en Honduras han expresado su oposición a la propuesta. Rodolfo Cortes en Radio Progreso, por ejemplo, declaró que, “Por eso estamos seguros que una vez que el Plan Alianza para la Prosperidad está en marcha, la criminalización de la lucha social y popular, la guerra de baja intensidad y las violaciones de derechos humanos multiplicarán en nuestros países.”

Por eso, la Red de Solidaridad con Honduras, que aglutina más de 30 organizaciones en los Estados Unidos y Canadá en solidaridad con el pueblo hondureño, rechaza el Plan Biden Plan para Honduras y continua su llamado por un fin al financiamiento y capacitación militar y policiaco de parte de los EE.UU, un fin al Tratado de Libre Comercio con Centroamérica, y por el apoyo a las y los defensores de derechos humanos y democracia en la región.

La Red de Solidaridad con Honduras desde los EE.UU y Canadá

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HSN Solidarity with Gladys Lanza, Human Rights Defender

La Carta en español sigue después del ingles: 

Open letter to Juan Orlando Hernandez, President of the Republic of Honduras and Jorge Alberto Rivera Avilés, President of the Supreme Court.

Honduras Solidarity Network               

February 7, 2015

The Honduran Solidarity Network in the United States and Canada (HSN) joins Honduran and International Human Rights Defenders and advocates for women in denouncing the trial and verdict against  human rights defender, Gladys Lanza Ochoa. On January 28, 2015 Ms. Lanza was found guilty by a Honduran court of charges of defamation and slander brought against her by Juan Carlos Reyes, Executive Director of the Foundation for Development of Urban and Rural Social Housing (FUNDEVI). Ms. Lanza and her organization (Women’s’ Movement for Peace – Padilla Visitation) are advocates for human rights and especially women’s rights related to gender violence, abuse and intimidation. In 2011 a victim sought help from them and accused Mr. Reyes of long-term sexual harassment. Ms. Lanza Ochoa and her organization assisted the woman and made public the accusations. The victim won her case initially but it was later overturned. Mr. Reyes then went after Ms. Lanza Ochoa. The sentencing against Ms. Lanza is set for February 25, 2014 and she could receive as much as 2 years 8 months jail time under Honduran law.

Gladys Lanza Ochoa, now aged 73,  is internationally known and respected for her work for social justice, labor and human rights beginning in the 1960’s during the military dictatorships installed in Honduras, and continuing through the decade of the 1980’s when U.S. military-political  interventions in Central America supported a “death squad democracy” in the country. She was the president of the Union of National  Electrical Company Workers (STENEE) and held many other union positions including in the Unitary Federation of Honduran Workers (FUTH). In the 1990’s she began focusing on women’s rights and human rights through the organization, The Women’s Movement for Peace – Padilla Visitation (Movimiento de Mujeres por la Paz – Visitación de Padilla). She continues this work today and has been a member of the coordinating body of that organization since 2002. 

Throughout her years of service and due to her fearlessness in providing accompaniment to the Honduran people she has been persecuted,  prosecuted, and threatened by governments, death-squads and those named as abusers by their victims. When she was a union president she was jailed after a workers’ protest and charged with high treason; she was freed due to international and national pressure. She and her organization spoke out immediately against the 2009 coup d’etat in Honduras and their human rights work has continued despite increased repression and threats. In July of 2009 the Inter-American Commission on Human Rights ordered the Honduran government to protect Ms. Lanza and in September of 2010 the Inter-American Court for Human Rights ordered protective measures (medidas cautelares) for Ms. Lanza.

We believe that this case goes beyond personal revenge by the accused abuser against those who assisted the victim; it is an attack against human rights defenders who fulfill their responsibilities to the victims by receiving testimony and supporting their cases. It is intended to intimidate human rights defenders into silence and thus to silence the victims  and condemn them to isolation at the mercy of their abusers whoever they may be.

Sincerely,

Vicki Cervantes, Coordinator, HSN

HSN is a network of 30 organizations in the USA and Canada dedicated to solidarity with the Honduran people.

HSN es una red de más de 30 organizaciones en EEUU y Canada dedicados a trabajar en solidaridad con el pueblo Hondureño

 www.hondurassolidaritynetwork.org honsolnetwork@gmail.com

Carta Abierta de la Red de Solidaridad de Honduras EEUU/Canada

Juan Orlando Hernandez, Presidente de la Republica de Honduras

Jorge Alberto Rivera Avilés, Presidente de la Corte Suprema de Justicia

7 de Febrero 2015

La Red de Solidaridad de Honduras en los Estados Unidos y Canadá (HSN) se une a  las entidades internacionales y nacionales de defensores de derechos humanos y defensores de las mujeres en Honduras en la denuncia del juicio y el veredicto contra la defensora de los derechos humanos, Gladys Lanza Ochoa. El 28 de enero 2015 la Sra. Lanza fue declarada culpable por un tribunal hondureño de los cargos de difamación y calumnia interpuestas contra ella por Juan Carlos Reyes, Director Ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo Urbano y Rural de Vivienda Social (FUNDEVI). La Sra. Lanza y su organización (Movimiento de Mujeres por la Paz – Padilla Visitation) son defensores de los derechos humanos y especialmente los derechos de las mujeres relacionadas con la violencia de género, el abuso y la intimidación. En 2011 una víctima pidió ayuda a ellos y acusó al Sr. Reyes de acoso sexual por largo tiempo. Sra. Lanza Ochoa y su organización ayudaron a la mujer e hicieron públicas las acusaciones. La víctima ganó su caso inicialmente pero fue revocado más tarde. El Sr. Reyes luego acusó a la Sra Lanza Ochoa. La audiencia de sentencia contra la Sra. Lanza se fija para 25 de febrero 2014 y ella podría recibir hasta 2 años y 8 meses de cárcel bajo la ley hondureña.

Gladys Lanza Ochoa, ahora de 73 años, es conocida internacionalmente y respetada por su trabajo por la justicia social y los derechos humanos y laborales a partir de la década de 1960, durante las dictaduras militares instaladas en Honduras y continuando a través de la década de los años 1980 cuando las intervenciones político-militares por los Estado Unidos en Centro América apoyaban una “democracia de escuadrón de la muerte” en el país. Ella era la presidenta de la Unión de Trabajadores de la Empresa Nacional de Electricidad: (STENEE) y mantuvo otras posiciones sindicales en la Federación Unitaria de Trabajadores de Honduras (FUTH). En la década de 1990 comenzó a centrarse en los derechos de la mujer y los derechos humanos a través de la organización, Movimiento de Mujeres por la Paz – Visitación de Padilla. Ella continúa este trabajo hoy y ha sido miembro del órgano de coordinación de esa organización desde 2002.

A lo largo de sus años de servicio y debido a su falta de miedo en el acompañamiento al pueblo hondureño, la Sra. Lanza ha sido perseguida, procesada y amenazada por los gobiernos, los escuadrones de la muerte y los nombrados como abusadores por sus víctimas. Cuando era presidenta del sindicato, fue encarcelada después de una protesta de trabajadores y acusada de alta traición; fue liberada debido a la presión internacional y nacional. Ella y su organización se pronunciaron de inmediato contra el golpe de Estado en Honduras del 2009 y su trabajo por los derechos humanos ha continuado a pesar del aumento de la represión y las amenazas. En julio de 2009, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ordenó al gobierno hondureño a proteger a la señora Lanza y en septiembre de 2010, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó medidas cautelares para ella.

Creemos que este caso va más allá de una venganza personal por el abusador acusado contra los que ayudaron a su víctima; es un ataque contra los defensores de derechos humanos quienes cumplen con sus deberes hacia las víctimas, mediante la recepción de testimonios y el apoyo a sus casos. Es un intento de intimidar a los defensores de derechos humanos para que se mantengan en el silencio y por lo tanto para silenciar a las víctimas y entonces a condenarlas al aislamiento y dejarlas a merced de sus agresores sean quien fueran.

Atentamente,

Vicki Cervantes, Coordinadora,

Honduras Solidarity Network – Red de Solidaridad de Honduras

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