Two Years of Narco-Dictatorship in Honduras

  • El Español Sigue el Ingles

On January 27, 2018, in the midst of massive protests and violent repression, President Juan Orlando Hernandez (JOH) was inaugurated for an unconstitutional second term after he stole the November 2017 election.  During these two years, the JOH dictatorship has continued to build its neoliberal narco-dictatorship with support from the US and Canadian governments.  

What has this meant for the Honduran people? 

  • more mass caravans of refugees fleeing the country; 
  • more small farmers and indigenous communities displaced;
  • more criminalization/incarceration of those who protest against corruption and impunity; and
  • more journalists, indigenous leaders, human rights and environmental defenders attacked and assassinated. 

The U.S. and Canada have continued business as usual with Honduras while Hernandez and his ruling National Party use the Honduran Congress and courts to perpetuate impunity for crimes committed by government officials and economic oligarchs who benefit from both the drug trade and transnational mega projects like dams.

One month into 2020, and  the Honduran dictatorship has already sent the international anti-corruption body, the Mission to Support the Fight Against Corruption and Impunity in Honduras (MACCIH) packing.  The results of just one of the MACCIH’s investigations in 2019, “Pandora”, revealed that 38 government officials had funneled public funds earmarked for social welfare programs into election campaign coffers. JOH’s brother Tony will soon be sentenced to jail by a US federal court after being convicted of running a large-scale cocaine trafficking operation in Honduras. JOH was named as a co-conspirator in his brother’s trial, along with other high ranking Honduran politicians and government officials, including the Public Prosecutor. The trial also demonstrated the involvement and complicity of U.S.-funded Honduran security forces in protecting drug trafficking routes, yet US support continues. 

While JOH and his cronies continue to loot with impunity, those who oppose them – political prisoners and land and water activists face upcoming trials and, if convicted, years in prison. In addition those who ordered the assassination of Berta Caceres have still not been brought to trial. Only one of these intellectual authors has been charged. The rest remain at large as are the perpetrators of the 2019 murders of Garifuna leaders.

As the Honduran people struggle to survive and save their communities and country, the governments of the US and Canada keep supporting the destruction of Honduras’ environment, local economies, and social fabric. On January 9, Chad Wolf, the Acting Chief of the US Homeland Security Department visited Honduras and met with JOH  for a bilateral meeting on regional migration and security calling Honduras a strong partner in the region and saying the US looks forward to continuing joint progress in the region. 

The on-going obsession of the US to establish Safe Third Country migratory agreements with the Honduran government is one more clear example of its support for a corrupt narco regime that is already incapable of providing basic living conditions and security to its own citizens. 

The Honduras Solidarity Network in the US and Canada is building opposition and action against the US and Canadian policies and working  to  strengthen solidarity and support for the Honduran people and their movements. Follow us on Facebook and Twitter for more actions and information. www.hondurassolidarity.org   www.facebook.com/HondurasSolidarityNetwork/

2 años de Narco-dictadura en Honduras 

El 27 de enero de 2018, en medio de protestas masivas y represión violenta, el presidente Juan Orlando Hernández (JOH) fue inconstitucionalmente instaurado como presidente por segunda ocasión después de haber robado las elecciones de noviembre de 2017. Durante estos dos años, el régimen de JOH ha seguido construyendo su narco-dictadura neoliberal con el apoyo de los gobiernos de los EE. UU. y Canadá.

¿Qué ha significado esto para el pueblo hondureño?

– más caravanas masivas de refugiados que huyen del país;

– más pequeños agricultores y comunidades indígenas desplazadas;

– mayor criminalización / encarcelamiento de quienes protestan contra la corrupción y la impunidad; y

– más periodistas, líderes indígenas, defensores de los derechos humanos y del medio ambiente atacados y asesinados.

Estados Unidos y Canadá han continuado sus actividades habituales con Honduras, mientras que Hernández y el Partido Nacional utilizan el Congreso y los tribunales hondureños para perpetuar la impunidad por crímenes cometidos por funcionarios gubernamentales y oligarcas económicos que se benefician tanto del tráfico de drogas como de megaproyectos transnacionales, como lo son las represas.

Ahora, apenas entrado el 2020, la dictadura hondureña despidió al organismo internacional anticorrupción, la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH). Los resultados de sólo una de las investigaciones de MACCIH en 2019, “Pandora”, revelaron que 38 funcionarios gubernamentales desviaron fondos públicos destinados a programas de bienestar social hacia campañas electorales. El hermano de JOH, Tony Hernández, pronto recibirá su sentencia carcelaria por parte de un tribunal federal de los Estados Unidos después de haber sido declarado culpable de dirigir una operación de tráfico de cocaína a gran escala en Honduras. JOH fue nombrado co-conspirador en el juicio de su hermano, junto con otros políticos hondureños de alto rango y funcionarios gubernamentales entre los que se incluyen al Fiscal General de Honduras. El juicio también demostró la participación y complicidad de las fuerzas de seguridad hondureñas, financiadas por los EE. UU. en la protección de las rutas del narcotráfico; sin embargo, el apoyo estadounidense al régimen de JOH continúa.

Mientras JOH y sus amigos continúan saqueando impunemente, quienes se oponen a ellos – los presos políticos y los defensores de la tierra y el agua pronto serán enjuiciados y, de ser condenados, podrían enfrentar varios años en prisión. Asimismo, quienes ordenaron el asesinato de Berta Cáceres aún no han sido llevados ante la justicia. Solo uno de los autores intelectuales ha sido acusado. El resto sigue en libertad, al igual que los autores intelectuales de los asesinatos de líderes garífunas en 2019.

Mientras el pueblo hondureño lucha por sobrevivir, salvar sus comunidades y a su país, los gobiernos de los EE. UU. y Canadá siguen apoyando la destrucción del medio ambiente, las economías locales y el tejido social de Honduras. El 9 de enero, Chad Wolf, jefe interino del Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU. visitó Honduras y durante una reunión bilateral sobre migración y seguridad regional en la que participó JOH, calificó a Honduras como un socio fuerte en la región y agregó que los EE. UU. esperan continuar con el progreso conjunto Centroamérica.

La continua obsesión de los EE. UU. de establecer acuerdos migratorios de Tercer País Seguro con el gobierno hondureño es el ejemplo más claro del apoyo a un régimen narco-corrupto que ya no es capaz de proporcionar condiciones básicas de vida y seguridad a sus propios ciudadanos.

La Red de Solidaridad con Honduras en Estados Unidos y Canadá se mantiene en oposición a las políticas estadounidenses y canadienses en Honduras y continúa su trabajo para fortalecer la solidaridad y el apoyo al pueblo hondureño y sus movimientos. Síganos en Facebook y Twitter para obtener más acciones e información.

www.hondurassolidarity.org

www.facebook.com/HondurasSolidarityNetwork/

facebooktwittergoogle_plusredditpinterestlinkedintumblrmail